Uno de los efectos más visibles del sol después de las vacaciones de verano son las manchas solares. Lo ideal es tomar precauciones antes y durante la exposición solar pero sino lo hemos hecho debemos actuar en estos meses de otoño e invierno para acabar con los léntigos solares y la queratosis seborreica.

Hablamos de los léntigos solares, pigmentaciones que van del marrón claro al negro y que aparecen en zonas expuestas al sol (cara, manos, escote y espalda). Su importancia es sobretodo estética, y muy raramente pueden malignizar. Por su parte, las queratosis seborreicas son manchas marrones con relieve y superficie rugosa.

Lo mejor que podemos hacer es evitar su aparición mediante una exposición solar moderada y el uso de medidas de protección solar (cremas fotoprotectoras, gafas de sol, ropa etc…). Sin embargo, una vez aparecen, el tratamiento se basa en su destrucción. Dado que son lesiones muy superficiales y delgadas el tratamiento de elección debe ser muy preciso y selectivo para limitarse a eliminar la lesión, minimizando el daño en los tejidos circundantes.

El Láser IPL para manchas faciales, es decir, la luz pulsada intensa o IPL (Intense Pulsed Light) es en la actualidad el mejor tratamiento. Se trata del tratamiento más efectivo ya que calienta de manera selectiva las manchas afectando mínimamente los tejidos circundantes. Por lo tanto, es el tratamiento más preciso y seguro.

El IPL es un tratamiento no agresivo que permite realizar varias sesiones. El número de sesiones variará según el diagnostico del dermatólogo. El tratamiento debe iniciarse con la piel perfectamente limpia, sin maquillaje ni cremas. Se realiza utilizando un gel frío sobre la zona que permite la transmisión de la energía de la luz y un sistema de enfriamiento que protege las capas más superficiales de la piel. El procedimiento dura aproximadamente unos 30 minutos y después del tratamiento el paciente puede maquillarse e incorporarse a su vida normal.

Los resultados son evidentes desde la primera sesión. Las mejoras se perciben de manera progresiva, desapareciendo en primer lugar las manchas recuperando la piel un tono más uniforme. A medida que avanza el tratamiento se va notando una mejoría general en la calidad de la piel alcanzando un efecto natural y armónico. Los estudios afirman que los resultados pueden apreciarse durante 12 meses.

Además, no requiere anestesia porque el gel frío que se utiliza sobre la piel minimiza la sensación de calor. Se recomienda no exponerse al sol directamente durante al menos 15 días antes de cada sesión. Y después del tratamiento se recomienda el uso de protección solar en la zona tratada y evitar la exposición solar prolongada con el fin de mantener más tiempo los resultados.

Se puede trabajar y realizar vida completamente normal nada más acabar la sesión y el único efecto secundario puede ser un ligero enrojecimiento en las dos horas siguientes al tratamiento que se puede disimular con maquillaje.